The Horros en Madrid, en la Sala Joy Eslava.
El próximo día 6 de diciembre, concierto en la capital.
La entrada para el concierto de The Horros tiene un precio de 22,00 euros.
Con su debut, Strange House, The Horrors sacudieron el panorama del pop británico con su garaje acelerado y siniestro. Cinco mocosos con una carta de presentación al borde del delirio, Sheena Is a Parasite, poco más de un minuto y medio de ritmo afilado, ruidoso y revolucionado. Punk del efecto dos mil filmado, además, por Chris Cunnigham. Tras un par de años cultivando la leyenda de enfants terribles, su siguiente trabajo, Primary Colours, venía también acompañado de una tarjeta impecable Sea Within a Sea, un single que invocaba al kraut y al post punk a partes iguales, producido por el totémico Geoff Barrow, de Portishead, y cuyo videoclip corría a cargo de Douglas Hart, bajista de los no menos míticos The Jesus & Mary Chain. Con tanto padrino de lujo, las dudas quedaron disipadas. De hecho, el propio álbum se defendía solo, acumulando loas a su catálogo de turbulencias, amén de premios y primeros podios en las listas del año. El NME lo nombró mejor disco de 2009.
Skying, el tercer álbum de la banda, supuso un nuevo paso en la maduración sonora del grupo, siguiendo la línea darky y kraut, y fue escogido de nuevo mejor álbum del año por el NME. Mientras, su líder, Faris Badwan, publicaba su primer larga duración junto a Rachel Zeffira, soprano de ópera y pareja del cantante, para más señas, bajo el nombre de Cat’s Eyes. Face In the Croad, compendio entre la vanguardia de cámara y el power pop vintage, no ha hecho sino ampliar la paleta sonora de Badwan y, por extensión, de los Horrors.
Su cuarto álbum Luminous, supone un giro radical, ya desde su título, a un sonido que irradia luz y energía, sin duda, su trabajo más optimista hasta la fecha. Un disco brillante, de ambientes más electrónicos que de costumbre, “música que se pueda bailar y que eleve”, en palabras de Rhys Webb, bajista del grupo. “Hemos perfeccionado nuestro sonido”, comenta Faris Badwan, “y en términos de composición de las canciones, es el disco del que estoy más contento”, sentencia. Mientras que su teclista Tom Furse, señala entre las influencias durante el proceso creativo y de grabación, a The Beatles, Black Sabbath, Kraftwerk, Brian Eno, J Dilla, Metroplex o Trax Records, entre otras.